Los ví en cuanto nací y ya empezé a quererlos aunque ellos ya habían empezado a quererme a mí hacía ya mucho tiempo .
Cada día desde entonces nos queremos más. Mis padres son esas personas a los que yo quiero tener a mi lado siempre, ellos me dieron la vida y desde el momento en que decidieron tenerme sabían que me cuidarían y me querrían incondicionalmente. Me quieren simplemente por ser yo.
Ellos se dedican a nosotros por completo, intentan convertirnos en buenas personas y lo hacen lo mejor que pueden, según sus principios, nos van enseñando a ser cada día más independientes, capaces de ir tomando nuestras propias decisiones y darnos todo el apoyo cuando tengamos tropiezos, ellos ayudan a levantarnos y nosotros iremos sumando experiencia con cada una de esas caídas.
A veces nos creemos que solo quieren fastidiarnos, castigarnos, llevándonos la contraria y se nos olvidan que solo pretenden que no seamos personas egoístas, mimadas, inútiles.
Aunque no los comprendamos, debemos de seguir sus consejos, seguro que ya los entenderemos.
Olvidamos que ellos son personas como nosotros con una gran diferencia y es que ellos ya han pasado por el camino que nosotros estamos pasando, por lo que tenemos una gran suerte ya que tenemos a nuestro lado personas que nos quieren y que nos aconsejarán sobre la mejor forma de andar este camino, que es la vida, y además nos apoyarán cuando nos caigamos y cada caída será para nosotros otra experiencia que nos ayudará a formarnos como personas.
Es ley de vida.
Reconozco que a mis padres, como a todos, les gustaría que los abrazara más a menudo, que les dijera lo mucho que los quiero y lo importantes que son para mí.
Poco a poco, paso a paso voy haciéndome un poquito más como ellos y eso me llena de orgullo.
Mi madre dice que solo sabré lo que ellos me quieren cuando yo tenga mis hijos.
Echando la vista atrás, mirando esta foto, me doy cuenta de que el tiempo vuela y quiero aprovecharme de la presencia de mis padres, disfrutar de ellos.
